22 mar 2013

La alabanza pública, la crítica en privado.

Hace unos días, recibí una llamada telefónica que me ha hecho reflexionar sobre cómo comunicamos las críticas y las alabanzas, por ese motivo he recuperado para el título del artículo un tweet que publiqué hace unos meses.
La tutora de mi hija contactaba con nosotros para comunicarnos que el trimestre había sido muy bueno y los profesores estaban muy contentos con el comportamiento y los resultados obtenidos.
Por supuesto, la primera reacción de una mamá ante estas palabras es de alegría y satisfacción, y antes de darme tiempo a preguntarle nada más, la profesora me aclara que está llamando a todos los padres de sus alumnos, independientemente de los resultados, porque "No sólo voy a llamar cuando algo va mal, las buenas noticias también se comunican"

Aunque parezca una máxima evidente, a todos nos cuesta muchísimo llevarla a cabo, nos resulta más fácil, la mayoría de las ocasiones, fijar nuestra atención en aquello que consideramos digno de crítica (síndrome del boli rojo) ante infinidad de aspectos que se podrían destacar con un elogio honesto y sincero. Entonces, ¿Qué beneficios nos aporta recibir críticas en privado y elogios en público? En mi opinión muchísimos, pero destacaremos 5:

  • Aumenta nuestra autoestima. El elogio merecido mejora la autoestima de cualquier persona que lo entiende como un acierto y le sirve de guía.
  • Mejora la comunicación interpersonal. En cualquier entorno, laboral, familiar, escolar, derrochar halagos en público y reducir las reprimendas o hacerlas con discreción, mejora notablemente la comunicación entre sus miembros. Además, no olvidemos que el padre, el profesor o el jefe son ejemplo para hijos, alumnos o empleados y: "la palabra enseña, pero el ejemplo arrastra"
  • Favorece la resolución de conflictos. El diálogo privado y constructivo permite una vía de solución más rápida y asertiva.
  • Aumenta nuestra motivación. El reconocimiento público de un comportamiento o actitud determinada, refuerza ese mismo comportamiento y hace que nos esforcemos más en repetirlo (principalmente en los niños).     
  • Desarrolla nuestra inteligencia emocional. La huella emocional que deja en nosotros un halago sincero está cargada de connotaciones positivas, mientras que la crítica deja una huella emocional con características muy negativas que perduran a lo largo del tiempo.

¿Aportáis algún beneficio más? Seguro que sí, no dudéis en compartirlo.
Mi consejo: Ser generosos con los elogios y tacaños con las críticas

2 comentarios:

  1. Creo que tienes razón al indicar los "beneficios" del elogio, pero de alguna manera estamos programados para solo destacar lo negativo. Es muy difícil ver situaciones en las que a alguien le sean reconocidas sus acciones, ya sea en el quehacer cotidiano como en las ocasiones en las que se hace algo mas de lo que entra dentro de las capacidades normales de una persona.

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    1. Eso es Luis, el "síndrome del boli rojo" que reconoce la debilidad o el fallo inmediatamente es mucho más fácil de llevar a cabo, tal vez por nuestra cultura, educación... El reto está en aprender a elogiar, felicitar, alabar cuando la ocasión lo requiera, y no dar por sentado que cómo está bien, ya es suficiente.
      Me alegro mucho que te hayas animado a dar tu opinión por aquí!
      Gracias por compartir emociones, Luis!

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